Los países en conflicto de Oriente Medio bajan las armas para enfrentarse a un enemigo común: el COVID-19
La crisis del coronavirus ha cambiado nuestro mundo a nivel económico, financiero y medioambiental. Pero también ha modificado los escenarios bélicos, especialmente de los países de Oriente Medio. ¿Es posible que el COVID 19 haya detenido las guerras que ningún tratado internacional ha conseguido frenar en años?
Son muchos los factores que motivan las guerras de Oriente Medio, pero todos han empequeñecido frente a la amenaza de un enemigo común que no entiende de política, religión, ideología o fronteras. El coronavirus ha provocado un forzoso alto el fuego en países como Yemen, Irak, Siria o Libia.
YEMEN
El Secretario General de la ONU, Antonio Gutiérrez, propuso un alto el fuego a los bandos del conflicto en Yemen a través de un comunicado con motivo de la propagación del coronavirus. Los rebeldes y el gobierno en exilio acordaron deponer las armas hasta que se resolviera la crisis sanitaria global. Esta situación no sucedía desde hace 5 años. La comunidad internacional espera incluso que ambas partes inicien una vez más diálogos de paz después de haber hecho un primer intento en 2018. Todavía no se han registrado casos de coronavirus en Yemen, pero los comunes brotes de cólera y la desnutrición podría ser fatales si además se les añade el COVID-19.
IRAK
El coronavirus sí ha traspasado las fronteras de Irak y ha llegado hasta los miembros de su ejército. Por eso en Bagdad se tomó la decisión de suspender los entrenamientos militares. Muchas estrategias de combate se han suspendido ante el temor de que el coronavirus diezme las tropas. El grupo terrorista ISIS también ha dado orden de posponer las operaciones.
SIRIA
El conflicto de Siria es uno de los más complejos a nivel mundial debido a la gran cantidad de factores que intervienen en él. Todos los acuerdos de no agresión que se han adoptado en el país se han roto en menos de 24 horas. Pero el coronavirus ha logrado lo que ningún otro convenio ha podido: las partes que se disputan el control de Siria se han comprometido esta vez al cumplir el cese de las hostilidades con un alto el fuego.
La guerra ha destruido prácticamente la totalidad de centros de salud y muchos médicos han emigrado huyendo del conflicto. Tanto las fuerzas democráticas sirias como la coalición kurdo-árabe temen lo que pueda suceder si el coronavirus se propaga por el país. Por eso además del alto el fuego se ha impuesto el toque de queda para la población a fin de evitar la expansión del COVID-19.

GAZA
Los continuos bombardeos han convertido este pequeño territorio que aglutina 2 millones de habitantes en el punto más peligroso de Oriente Medio. Ahora además se cierne sobre Gaza la amenaza del coronavirus. Las autoridades han detenido los ataques para dedicarse solamente a controlar la expansión del COVID-19. Actualmente se contabilizan pocos casos tanto en Israel como el Palestina.
AFGANISTÁN
Este país cuenta con varios casos de coronavirus confirmados. Por esta razón el presidente Ashraf Ghani se dirigió a los talibanes a través de una videoconferencia para proponer un cese de hostilidades que permitiera aplicar una solución a la crisis sanitaria. Los talibanes han respondido positivamente pero, lejos de la paz, han afirmado que atacarán en caso de verse amenazados. Estados Unidos ha afirmado que respetará y apoyará a Afganistán.
LIBIA
Ambas partes del conflicto se pusieron de acuerdo para decretar un alto el fuego para evitar que las tropas sigan contagiándose del COVID-19. Pese a todo, las hostilidades continúan porque los dos bandos se culpan entre ellos de haber traído el coronavirus a Libia.
A pesar de todo, el coronavirus parece haber aportado una única cosa buena al mundo: que los países enfrentados en guerras por ideologías, creencias y economía aparquen sus diferencias, al menos por un tiempo, para hacer frente a un enemigo común.
Fuente: IberianPress